Según datos de Naciones Unidas, entre 4 y 5 millones de personas son vendidas anualmente víctimas de trata, el 80 % para su explotación sexual, mientras que 700.00 mujeres y niñas son introducidas en el comercio sexual.
El tráfico y la explotación sexual de mujeres, adolescentes, niños y niñas en todo el mundo está íntimamente ligado a la pobreza y al subdesarrollo. Es un negocio muy lucrativo, y una de las más alarmantes y crecientes manifestaciones del crimen organizado en el mundo. Las mujeres, las jóvenes y las niñas no sólo sufren en los conflictos armados por los desplazamientos y las contiendas, sino que se han convertido en blancos deliberados de asaltos con armas de guerra.
Son siniestros los alcances de este tráfico y explotación. Son miles de millones de dólares los beneficios que se obtienen en el negocio de venta de niños y adolescentes para la explotación sexual. Cientos de miles de menores de edad son forzados a ejercer la prostitución y usados para filmes pornográficos. Muchas niñas son vendidas por sus propios padres a los traficantes de menores. Estos las suelen meter a trabajar en burdeles, donde son explotadas sexualmente por los dueños, obligadas a practicar todo tipo de prácticas sexuales. Además suelen agredidas físicamente.
No son historias aisladas la de estas niñas, porque es común y creciente el negocio dominado por mafias internacionales, nacionales y regionales en todo el mundo. Esta barbarie se está convirtiendo en una actividad económica tan lucrativa como el tráfico de armas o de drogas.
Este tenebroso viaje de explotación y esclavitud "modernos" comienza en países pobres y en vías de desarrollo donde son compradas o secuestradas niñas, niños y adolescentes, así como mujeres jóvenes. De sus países son trasladadas ilegalmente por sus explotadores a través de las fronteras para mantenerlas prácticamente como esclavas en burdeles, bares y otros sitios de entretenimiento sexual.
A la vez que la humanidad sufre esta aberración, se observa también la amplia promoción que tiene el turismo sexual, retiradamente denunciado por organismos no gubernamentales, pero negado muchas veces por los propios gobiernos de esos países.
Miles de mujeres y niñas en todo el mundo son víctimas tanto de la trata de personas como del tráfico de migrantes. Muchas de estas personas pueden estar huyendo de su país de origen debido a un temor fundado de persecución y por lo tanto necesitan protección internacional.
El creciente consenso internacional sobre la amenaza que plantean el tráfico de migrantes y la trata de seres humanos ha impulsado considerablemente las iniciativas contra estos delitos..